La taquigrafía es todo aquel sistema de escritura rápido y conciso que permite transcribir un discurso a la misma velocidad a la que se habla. Para ello se suelen emplear trazos breves, abreviaturas y caracteres especiales para representar letras, palabras e incluso frases.
La taquigrafía; de las voces griegas taxos (celeridad, rapidez) y grafos (escritura), se vale de signos más sencillos que los de la escritura corriente para escribir tan deprisa como se habla. La usaron los fenicios y griegos, y en Roma desde la época de Cicerón, según Plutarco.
Posteriormente, se ha restablecido en la Edad Moderna. Comenzó de nuevo en Inglaterra, año 1588 por Bright. Siguió por Francia, Países Bajos, Alemania desde el siglo XVII. Llegó a Italia en el siglo XVIII y a España en 1800. El verdadero inventor de la taquigrafía española es el valenciano Francisco Martí, en 1802. [] Su sistema se considera como el más perfecto de los conocidos hasta el siglo XIX.
El término fue utilizado por primera vez por Thomas Shelton en 1641, luego por Coulon de Thévenot en 1776 y finalmente adoptado por Martí. El inglés John Willis, inventor del primer sistema geométrico, la había denominado estenografía.
Usos de la taquigrafía
La taquigrafía es empleada comúnmente en los juicios, en cuyo caso se hace uso de taquígrafos o estenógrafos para plasmar por escrito lo hablado. También es utilizado por secretarias y ayudantes de administración para apuntar las notas, cartas, recados y pedidos que reciben. Asimismo su uso es común para registrar los debates parlamentarios, y para la transmisión en directo de programas de televisión que requieren subtitulaje, por ejemplo, con el sistema Closed Caption (CC). También los intérpretes suelen usar la taquigrafía como apoyo para la memoria cuando deben pasar un mensaje de un idioma a otro. Aunque teóricamente es una herramienta muy útil para un estudiante cuando se asiste a clases para tomar apuntes, no lo suelen utilizar